domingo, 3 de octubre de 2010

Se vive así, cobijado en un mundo delicado, y uno cree que vive. Entonces lee un libro (Lady Chatterley, por ejemplo), o va de viaje, o habla con Richard, y descubre que no vive, que está simplemente hibernando. Los síntomas de la hibernación se pueden detectar fácilmente. El primero es la inquietud. El segundo síntoma (que llega cuando el estado de hibernación empieza a ser peligroso y podría degenerar en muerte) es la ausencia de placer. Eso es todo. Parece una enfermedad inocua. Monotonía, aburrimiento, muerte. Hay millones de personas que viven (o mueren) así, sin saberlo. Trabajan en oficinas. Tienen coches. Salen al campo con su familia. Educan a sus hijos. Hasta que llega una brusca conmoción: una persona, un libro, una canción... y los despierta, salvándoles de la muerte.

Anaïs Nin, DIARIO I 1931-1934

1 comentario:

  1. Yo quiero bajar los dias en la sala de lectura , precisamente para eso , para usarlos leyendo libros , viendo pelis.
    En estos momentos lo puedo hacer , lo duro es cuando te das cuenta a los 40 años , que eso lo que quieres y no lo puedes hacer.
    A mis 26 todavía se puede
    A París? waauu , ya llevas en tu cabeza un París inventado?

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